La filosofía no se limitaba a una simple información objetiva o un estudio de algo preciso sino que también reflexiona sobre sí mismo y es de esta reflexión que surge la problemática con la que la filosofía se enfrenta.
El filósofo se encuentra frente a las dificultades como el ser o el sentido del conocimiento, el misterio de la vida, el origen del universo y del hombre, por el sólo hecho de pensar. La filosofía se ocupa no sólo de detectar estos problemas sino que trata de considerarlos y de resolverlos. Para lograr este propósito la filosofía debe utilizar un sistema teórico coherente y lógico que explique el mundo de la manera más amplia posible
El problema del Ser presenta dos aspectos: la realidad del ser o el ser como algo pensado. Este Ser para poder definirse no puede ser algo que cambie, por lo tanto debe ser algo que no cambie o algo que haga posible los demás seres o como algo único que tiene distintas formas de manifestación.
El problema del ser conduce al problema de Dios, al que siempre se considera como el ser por excelencia. Por otro lado existe el problema del cosmos que se relaciona con todo lo que la ciencia puede promover.
El problema del hombre es el enigma más grande. El hombre forma parte del cosmos, pero al mismo tiempo es capaz de pensar, reflexionar, sentir, preguntarse por el sentido de la vida y de las cosas que lo rodean.
Por último es el problema del conocimiento desde dos puntos de vista, desde él mismo y su estructura y desde su relación con lo conocido. Estos problemas en toda filosofía dependen uno de los otros. Por esta razón la filosofía se divide en distintos campos: la filosofía del conocimiento, la filosofía teórica y la filosofía práctica.
Del problema del conocimiento se ocupa la lógica que a su vez se divide en formal y metodológica según se ocupe de la estructura del conocimiento o de los sistemas para obtenerlo; y la teoría del conocimiento que estudia la relación del conocimiento con la realidad.
La filosofía teórica es la que se ocupa principalmente del ser y se denomina ontología.
1. EL PROBLEMA DE LA REALIDAD Y DEL SER. Se refiere a cuestiones de orden ontológico y metafísico que plantean la existencia de una sustancia o ser de las cosas, más allá de su apariencia variable y efímera. También, con el desarrollo de la filosofía cristiana, atañe a la diferencia ontológica entre los seres creados -con el hombre como protagonista esencial- y un supuesto Ser Creador o Dios.
EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO. Las posiciones son múltiples, desde el dogmatismo al escepticismo, desde el realismo al idealismo, desde el empirismo al racionalismo… El principal problema que plantea la gnoseología o epistemología es el de la prioridad de los sentidos o la razón en el origen y adquisición del conocimiento. También la defensa o rechazo de la existencia de ideas innatas o principios a priori del conocer. Uno de los principios en los que descansa la filosofía del conocimiento es el llamado principio de causalidad
3. EL PROBLEMA DEL HOMBRE. Cuestiones de índole antropológica con implicaciones metafísicas, gnoseológicas y éticas. Sobre el hombre hay referencias a sus principales rasgos, a la libertad como atributo esencial -San Agustín-, al dualismo alma y cuerpo -Platón, Aristóteles, San Agustín, Descartes… y al supuesto de la inmortalidad del alma -Platón, Aristóteles, Tomás… También con posiciones críticas de diverso talante -Hume, Kant, Nietzsche- y presente con innumerables matices en todas las épocas.
4. EL PROBLEMA DE DIOS. Cuestión que aborda la teología –metafísica- y que afecta, principalmente, al periodo de la filosofía medieval, con sus argumentos sobre la existencia de un Ser superior y sus diferencias ontológicas con el resto de los seres creados. También vigente en el racionalismo moderno o de forma crítica en autores como Kant, Hume, Nietzsche o Marx.
5. EL PROBLEMA DEL FUNDAMENTO DE LA MORALIDAD. Un problema que estudia la ética. Imprescindible en cualquier periodo: la búsqueda de una guía para la conducta con los valores necesarios. También el siempre espinoso problema del relativismo u objetivismo de los mismos, desde los mismísimos sofistas. Algunos temas de carácter ético tienen claramente un sentido antropológico, como por ejemplo el de la libertad o el problema del mal –San Agustín- y la responsabilidad moral en nuestra intención -Kant-. Contra la moral tradicional se alzan diferentes filósofos, criticando su carácter decadente -Nietzsche- o ideológico -Marx-.
6. EL PROBLEMA DEL FUNDAMENTO POLÍTICO DE LA SOCIEDAD: se trata de cuestiones sobre teoría política. Incluyen análisis sobre la naturaleza o convencionalidad de la sociedad, de su estructura u organización para la convivencia -reparto de funciones, defensa o rechazo de la propiedad privada…, de los sistemas o regímenes de gobierno, del enfrentamiento entre el individuo y el Estado, del ejercicio del poder y su legitimación, de los ideales utópicos en algunos autores… Principalmente desde Platón hasta la Ilustración las posiciones son dispares y conviene tener referencias de todas las épocas, pues no es un tema baladí
7. El problema sobre el papel de la filosofía en el conjunto del saber: no es un problema específico como los anteriores, pero podría aparecer en textos como el Prólogo a la Crítica de la Razón Pura seleccionado en las lecturas sobre Kant. Se trata de saber hasta qué punto la filosofía tradicional ha conseguido orientar al hombre en “el seguro camino de la ciencia” a favor del progreso y su propia autonomía. Tal y como lo plantea este autor, el problema se dirige principalmente a una Metafísica estancada que no ha logrado avanzar en sus premisas fundamentales. También en filósofos contemporáneos como Marx, Ortega o Wittgenstein encontramos nuevas funciones para una filosofía renovada -revolucionaria, vital, clarificadora….
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